miércoles, 15 de febrero de 2012

Un intruso en las campañas

Por: Luis Linares Zapata

Hoy termina el periodo de las llamadas precampañas. La veda silenciosa, prevista por la ley, difícilmente impondrá silencios o cerrojos sobre la inercia que ya traen los candidatos y sus inseparables equipos de operadores.

Bien se sabe que la conformación de la opinión ciudadana radica, mayoritariamente, en los noticiarios televisivos. Televisa, con sus múltiples canales de alcance nacional en lo particular, moldea, con interés creciente, la conciencia de sus audiencias.

Y ahí, en esos canales y noticieros, la imagen del señor Calderón se torna ubicua. El objetivo es aprovechar los minutos, las horas, días y semanas de espacios difusivos a su disposición en este tembloroso final de sexenio.

Pero la realidad es por demás terca, los datos duros del desempleo y la creciente precariedad de los salarios:
36% del total de los asalariados reciben, cuando mucho, dos salarios mínimos.
26% ingresan de dos a tres de esos raquíticos emolumentos mensuales. Ésta es una tragedia verdadera que, por más disfraces que se le pongan encima, golpea de frente las conciencias y ensancha la desigualdad que en México se vive. Alarde repetido de Calderón, de contar con cobertura universal de salud recibe, de inmediato, un brutal desmentido del Coneval:
37% de las comunidades indígenas no tienen servicios de salud.
50% no cuentan con servicios básicos de vivienda
47% sufren rezagos en educación alternada con carencias alimentarias 
En ello, han colaborado, con alevosía evidente, varias gestiones federales de PRI y PAN. Las evidencias negativas, ante los alardes de efectividad justiciera del prianismo, brotan a borbotones por doquier. Lo peor acontece cuando todo ello adquiere la cruenta forma de una violencia criminal incontrolada.

leer completo  http://www.jornada.unam.mx/2012/02/15/opinion/024a1pol

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