Carlos Fernández-Vega
Los tres candidatos que se han comprometido a no gobernar con
más de lo mismodicen al respetable que, de llegar a la primera silla de la nación, ofrecerán exactamente eso, más de lo mismo: A)
realizaré una reforma energética que dé apertura al sector privado en las áreas de exploración y refinación en la industria petrolera(Enrique Peña Nieto); B)
reglas más amigablespara que el capital privado invierta en petróleo; no creo en el camino de las expropiaciones” (Chepina); y C)
convertir a Pemex en una empresa de sociedad anónima, pues así colocaría acciones en la BMV; estoy contra dogmas, catecismos y fetiches del pasado que comprometen seriamente el desarrollo de México(Quadri).
Entonces, según todos ellos, la
tendencia mundiales ceder el petróleo al voraz capital financiero-especulativo. ¿Será? Pues bien, encontramos luz en el propio proyecto de ley que la presidenta Fernández de Kirchner envió al Congreso de su país para nacionalizar YPF, y lo que en este sentido destaca es que, en realidad, la norma internacional es el control del Estado sobre los hidrocarburos, comenzando por la empresa Petrobras, tan presumida y cacareada por la derecha privatizadora como
ejemplode
modernidad.
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