jueves, 14 de junio de 2012

Mi percepción del debate

Octavio Rodríguez Araujo

El primer debate me pareció un tanto plano, el de este último domingo tuvo mejor estampa y a leguas se vio quiénes tienen más estatura política y quiénes pasarán a la historia como comparsas de una elección. Uno de éstos, el del ego inversamente proporcional a su capacidad, quedará como sinónimo de lo patético. No quería mencionar su nombre, pero evitaré dudas: me refiero al señor Quadri.
Josefina, temblorosa, insegura y acartonada no dio el ancho. Quiso ser agresiva con sus contrincantes y lo único que logró fue exhibirse como una persona que no está acostumbrada a los debates.
Los punteros en el debate fueron, sin lugar a dudas, López Obrador y Peña Nieto, en este orden. El primero fue perfectamente coherente, mesurado en sus tonos y expresiones, sólido y, a juzgar por su sonrisa ocasional, con un toque de ironía casi contenida.
La mejor propuesta fue, desde luego y aunque yo parezca parcial, la de AMLO; fue tan buena y bien articulada que cuando le tocó el turno a Peña Nieto sus planteamientos parecían una mala copia, e incompleta, de lo dicho por el tabasqueño, a la zaga de éste.

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