miércoles, 20 de julio de 2011

Cacerías preventivas

Luis Linares Zapata
Como parte de la temporada de caza mayor, con vistas al Poder Ejecutivo del país en disputa, se ha desatado la persecución de ciertas cabezas codiciadas. Y, entre ellas hay,  una que es la favorita de la opinocracia: la de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Objetivo político en la mira que, desde hace años, descuella por la brutal persecución que padece. Unos se lanzan contra él de manera grosera, reiterada, injuriante, torpe y resentida, cómo lo hace el señor R. Alemán en Excélsior,  Otros, como algunos veteranos de Milenio, asimilan, como esponjas con ribetes objetivos, los intereses de sus distantes jefes. No desentonan, sino encajan a la perfección en esta saga denigratoria
.
Pero otros lo hacen por cuenta muy propia, encapotados con profundidades racionales con que se adornan los tecnócratas de la ciencia política. Él es un académico de altura, pero del que se ignoran roces populares, ésos donde pudieran contrastar, aunque sea de refilón, las verdades inapelables que dicta con culta facilidad (Silva-Herzog Márquez este lunes pasado en el diario Reforma). Su argumento central es el sectarismo de AMLO, demostrado, según el académico, por una supuesta incapacidad negociadora. Le atina, sin embargo, cuando afirma que la política es, para López Obrador (y con él muchos otros), un terreno que pone a prueba la limpieza moral de sus oficiantes. Pero yerra al adjudicarle falta de eficacia. La construcción de un movimiento único en México (Morena) lo prueba, y lo refuerza su triunfo en el D. F. o en la presidencia del PRD. En cada uno de esos procesos destacó su perseverancia, la lealtad con los de abajo (las mayorías) y a una visión ciertamente moderna de la izquierda. A Morena la captan millones como única opción de cambio efectivo para recuperar la senda del crecimiento y el reparto equitativo. Tal vez el académico se funda en el rechazo tajante de AMLO a pactar (transar) con E. E. Gordillo, tal como asentó el señor Berrueto en Milenio. Según este articulista, fue la causal para que AMLO perdiera la Presidencia. En cambio, para el señor Calderón, tal negociación, afirma sin hálito de crítica y en un alarde de pragmatismo, le resultó trascendente. El autor no enjuicia ni menciona las complicidades atadas, tan caras a la educación, pero que lo incrustó donde ansiaba estar por sobre cualquier cosa: ahora habita en Los Pinos.

Leer columna completa  http://www.jornada.unam.mx/2011/07/20/opinion/026a1pol



Luis Linares Zapata estara en el circulo de estudios, proximo viernes 22 de julio 2011, Tacuba 53 Centro

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